viernes, 2 de noviembre de 2007

Otoplastia

Una persona que sufe de unas orejas grandes y prominentes (también conocido como “orejas de soplillo”) puede llegar a sentirse acomplejado por el tamaño o posición de éstas. ¿El mejor consejo? Realizarse una otoplastia.
Familiares, amigos … con toda su buena fe, intentan quitarle hierro al asunto e intentar aconsejar al paciente métodos un tanto extraños con tal de no realizarse una operación de otoplastia.

Cubrirse las orejas con el pelo, “pegar” la oreja a la cabeza con ayuda de esparadrapo o alguna tirita … son remedios muy superficiales y con fecha de caducidad. La operacion de otoplastia es muy sencilla, tanto que en muchos casos no necesita de anestesia general.

¿Créeis que merece la pena estar sufriendo toda la vida por tener unas orejas grandes? Sólo hay que proponérselo, quitarse el miedo y los prejucios que podamos tener al quirófano y proponerse conseguir unas orejas acordes con el cuerpo que tenemos.

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