martes, 8 de enero de 2008

Ritidectomía: "Lifting" facial y del cuello

El envejecimiento de la cara y el cuello, se debe a factores genéticos y hereditarios, a la edad del paciente, los efectos de la gravedad, la exposición al sol, la atrofia y la pérdida de la elasticidad de la piel, la disminución del tejido adiposo superficial, el tabaco, el alcohol y el "stress" emocional de la vida diaria. Las manifestaciones del envejecimiento facial son: profundización de los surcos entre la boca y las mejillas (surcos naso-labiales); aparición de múltiples arrugas; soltura de la piel de las mejillas, junto con la formación de pliegues o abultamientos a lo largo del borde inferior de la mandíbula y en el cuello.

La ritidectomía o "Lifting" de la cara, es un procedimiento quirúrgico destinado a eliminar las manifestaciones visibles del envejecimiento, tanto en la cara como en el cuello, levantando los músculos flácidos con hilos especiales de tracción, tratando los excesos o defectos de la grasa superficial y recortando los excesos de piel, para dejarla más lisa (sin arrugas). Esta cirugía se puede hacer sola o junto con otros procedimientos de rejuvenecimiento facial, como la cirugía de la frente, las cejas, los párpados, la nariz, la lipoescultura o el lipoimplante. Es una operación compleja, que toma varias horas, especialmente cuando se realiza junto con otros procedimientos. La ubicación de las incisiones y la técnica quirúrgica que se utiliza, depende de las características y las necesidades individuales de cada paciente. Para remodelar el cuello puede ser necesario hacer una pequeña incisión debajo del mentón y además una liposucción en la parte inferior de la cara y en el cuello. En algunos casos, conviene hacer injertos de grasa (lipoimplante) en lugares estratégicos donde se ha producido atrofia del tejido subcutáneo y de los huesos.

Como en toda cirugía pueden presentarse complicaciones; la más común es el sangrado que en algunos casos puede llegara formar un hematoma (colección de sangre en el interior de los tejidos). Si el hematoma es pequeño, sólo hay que esperar que se reabsorba, pero si es grande, tendrá que ser drenado quirúrgicamente. También se pude presentar una infección después de varios días, que se cura con antibióticos. Las cicatrices siempre quedan escondidas dentro del pelo, detrás de las orejas o en surcos naturales de la cara delante de las orejas, que con el tiempo se vuelven imperceptibles y en raras oportunidades, pueden formar queloides o hipertrofias (cicatrices abultadas), que se tratan con inyecciones de triamcinolona.

Después de la cirugía puede haber algo de dolor o incomodidad, que se alivia con analgésicos. En los primeros días la cara tendrá una apariencia extraña por la presencia de hinchazón (edema), moretones (equimosis) y también habrá disminución de la sensibilidad de la piel de la cara; estas alteraciones demoran dos o tres semanas en desaparecer. Para dormir, la persona operada deberá acostarse manteniendo la cabeza elevada durante los primeros días, con en fin de limitar en lo posible la hinchazón, que es normal después de la cirugía. Durante las primeras dos a tres semanas, el paciente no debe agacharse, ni hacer esfuerzos o ejercicios físicos, después de lo cual, podrá reiniciar gradualmente a sus actividades normales.

Aunque la ritidectomía no puede detener el envejecimiento, los beneficios duran un promedio diez años y los pacientes que se somete a ésta cirugía, siempre tendrán un mejor aspecto que si nunca se hubiese operado. Es importante que la apariencia después de la cirugía sea natural y que la cara no se vea "operada".

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