martes, 8 de enero de 2008

Aumento de mamas (Mamoplastia aumentativa)

Es una operación para aumentar el tamaño de las mamas cuando son pequeñas (micromastia), reconstruir una mama que ha sido resecada por cáncer, corregir asimetría de las mamas o para recuperar la pérdida de volumen que ocurre después de un embarazo haciendo un levantamiento de las mamas (matopexia) junto con un implante mamario para darles firmeza. El implante (prótesis mamaria) es básicamente un globo de silicona, relleno con suero salino (suero fisiológico), gel de silicona o ambos, que se coloca detrás de la mama (subglandular) o del músculo pectoral (subpectoral o retromuscular). El volumen seleccionado depende de las características anatómicas y los deseos de cada paciente; el cirujano plástico explicará las opciones posibles y recomendará el tipo de prótesis que se debe usar.

Científicamente, no ha sido posible demostrar relación alguna entre el uso de siliconas y la posibilidad de desarrollar cáncer de mama, de enfermedades auto-inmunes, sistémicas o del colágeno; al contrario, estudios recientes indican que las mujeres que tienen implantes rellenos con gel de silicona, tienen 40% menos probabilidades de desarrollar un cáncer al seno, que las que no tienen implantes, pero el motivo se desconoce. En todo caso, la silicona es un material biocompatible muy bien tolerado por el cuerpo de la mujer, porque es un material natural derivado del silicio que después del oxígeno, es el elemento es el más común en la naturaleza y existe en pequeñas proporciones en nuestro cuerpo, en el aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que ingerimos y hasta en la leche materna. Los implantes de silicona no alteran la fertilidad, no interfieren con los embarazos o con la capacidad de lactar.

En la mamoplastia de aumento como en cualquier otra cirugía, existen riesgos que son comunes a otras operaciones, pero hay algunas complicaciones son específicas, como la contracción capsular que es la más frecuente y se produce cuando la cápsula fibrosa que normalmente se forma alrededor del implante al cicatrizar, se contrae y la mama se sienta dura al tacto. Para tratar de prevenir esta complicación, inmediatamente después de la operación se indican masajes especiales, pero en algunos casos a pesar de las medidas preventivas, la cápsula se endurece y entonces será necesaria otra operación para resecar parte de la cápsula dura o cambiar el implante. La causa del encapsulamiento no se conoce, pero se sabe que cuando los implantes se colocan detrás del músculo pectoral (retropectoral), la contractura es menos probable, porque el movimiento del músculo evita que la mama se ponga dura y también facilita la mamografía porque empuja el músculo y la glándula mamaria hacia delante, sin que el implante esté en contacto con el tejido glandular, como sucede con los implantes sub-glandulares que puede dificultar la mamografía.

En raras ocasiones se puede formar un hematoma (acumulación de sangre) o puede haber una infección después de la cirugía, pero cuando sucede puede ser necesario retirar el implante temporalmente para erradicar la infección; también pueden presentarse alteraciones pasajeras de la sensibilidad de la piel de la mama, especialmente de la areola-pezón, manifestadas por un incremento o disminución de la sensibilidad, que en muy raras ocasiones pueden ser permanente. La ruptura de un implante mamario es muy infrecuente y generalmente se debe a un traumatismo. Los implantes rellenos con suero salino con el tiempo se desinflan y pierden su volumen; esto se debe a que el rozamiento del implante con los tejidos adyacentes, desgasta la cápsula de silicona, permitiendo la salida del suero salino a través de agujeros microscópicos hacia los tejidos que rodean el implante, que absorben el suero salino sin producir ningún daño, excepto que el implante tendrá que ser reemplazado por uno nuevo.

El implante se puede insertar a través de una incisión en la parte inferior de la areola (peri-areolar), en el pliegue que hay por debajo de la mama (surco submamario) o en la axila, pero en la mayoría de los casos la incisión peri-areolar es superior a las otras, porque facilita la inserción del implante y eventualmente es la más imperceptible. La operación es ambulatoria, demora dos o tres horas y se puede realizar bajo anestesia general combinada con anestesia local.

Después de la operación habrá hinchazón (edema), moretones (equimosis) y dolor, especialmente al mover los brazos, que se controla con analgésicos. Es necesario usar un sostén adecuado en forma continua por dos o tres semanas. Las actividades habituales se pueden reiniciar gradualmente después de tres o cuatro días y los ejercicios físicos o deportes después de tres semanas, sin restricción.

En la mayoría de los casos los resultados son muy satisfactorios, porque la operación mejora mucho la imagen corporal y la autoestima de la paciente; sin embargo, la decisión de aumentar las mamas es algo muy personal y la operación no debe ser realizada para complacer a otras personas.

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