martes, 8 de enero de 2008

Reducción de mamas (Mamoplastia Reductiva)

Es una operación que sirve para reducir el volumen y mejorar la forma de las mamas, cuando son demasiado grandes (macromastia). La operación alivia los síntomas producidos por el peso excesivo de las mamas como dolores en la espalda y el cuello; surcos producidos por las tiras del sostén sobre las clavículas; maceración de la piel en los pliegues que hay debajo de la mamas (surco submamario) y las limitaciones para vestirse y hacer deportes.

Existen muchas técnicas para reducir las mamas, por lo que el cirujano seleccionará la que mejor se adapte a las necesidades individuales de cada paciente, de acuerdo con sus expectativas en relación al tamaño y a la forma; teniendo en cuenta que el objetivo de la cirugía es el mejoramiento de la condición existente y no la perfección, que es difícil o imposible alcanzar.

Generalmente la operación se realiza con anestesia general, dura tres horas o más, dependiendo de la magnitud de la resección, se dejan drenes por unos días y algunos casos requieren internamiento en la clínica. Las técnicas que se usan con mayor frecuencia, dejan cicatrices alrededor de la areola y en la parte inferior de la mama, como una T invertida sobre el surco submamario, por donde se resecan los excesos de piel, tejido adiposo y glándula mamaria; si la areola y el pezón son demasiado grandes, se reducen en la misma operación. La longitud de las cicatrices depende del tamaño de la mama; si la mama no es demasiado grande, es posible hacer la operación a través de una incisión vertical y otra alrededor de la areola. En todos los casos la idea es cambiar mamas grandes, pesadas y caídas, por otras más pequeñas, de mejor forma, que son más bonitas pero a cambio de cicatrices, que son permanentes, bastantes notorias al principio y menos perceptibles con el paso del tiempo.

Después de la cirugía el dolor es moderado y se alivia con analgésicos; las mamas se hinchan (edema) y se moretean (equimosis). La sensibilidad de la areola-pezón inicialmente puede estar disminuida o ausente, pero en la mayoría de los casos regresa después de varias semanas; la habilidad de lactar generalmente se preserva, si después de la reducción queda suficiente cantidad glandular. Debido a que las mamas no son iguales en tamaño y forma antes de la cirugía, esta diferencia puede persistir después de la reducción. Será necesario el uso de un sostén adecuado en forma continua durante las primeras dos semanas después de la cirugía. Las actividades normales se reinician durante la primera semana y los ejercicios físicos o deportes después de dos a tres semanas. En mujeres bien informadas y con expectativas realistas, los resultados son muy satisfactorios.

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